Archive for the ‘Historias de vida-Biografía del objeto’ Category

Ejercicio 2009-1

Friday, June 10th, 2011

Fragmentos entrevistas: EL CIGARRILLO A TRAVÉS DEL TIEMPO

 

Extraído de entrevista: Julián David Villegas 200901

 

JD: ¿Qué piensa de los que fuman, del cigarrillo?

A: Yo detesto el cigarrillo, el humo del cigarrillo no me gusta, pero el que fuma favorece su vicio y el que no, pues no…es que ellos piensan que el cigarrillo es estimulante y además se crean excusas, se crean cosas que solo hacen que no dejen de fumar, por ejemplo, las mujeres dicen “es que si yo dejo de fumar, me engordo”, y eso solo es una excusa para seguir fumando.  

JD: ¿Tuvo alguien cercano que fumara?

A: Si. Mi papá fumaba cuando tomaba, y también Manuel (esposo), fumó durante un tiempo, a mí nunca me gustó eso, ni el cigarrillo, ni el alcohol, y pues a Manuel se le quitó después el vicio. Es que todos los vicios son malos, excepto el de leer.

JD: ¿Qué sentía cuando su papá fumaba?

A: Yo siempre fui alérgica al humo y al polvo, y por eso siempre he sentido fastidio de eso, siempre lo he rechazado, porque hace daño para la salud.

JD: ¿Cómo cree qué ha cambiado la forma en que se concibe el cigarrillo?

A: El cigarrillo se volvió algo muy natural, se convirtió en una costumbre. Hoy se fuma como algo que suele pasar, se fuma para hablar, se fuma en una conversación como estimulante, se fuma como relajante, se fuma para pensar más claro, se fuma como un acto de costumbre. Antes no, antes fumaban los mayores, y por lo general se hacía como algo social, como algo que caracterizaba eventos sociales, fiestas, reuniones, cafés, hoy se fuma como algo muy natural, muy normal, muy cotidiano.

JD: ¿Qué ha impulsado que sea de esa manera?

A: La publicidad. Antes la publicidad no era tanta como hoy en día. Para los 50 no había casi publicidad, fue solo en los 60 que empezaron a aparecer los grandes carteles con luces o las propagandas de Pielroja y Marlboro en la prensa. Además como eso solo se realza con fines económicos, entonces no importa lo que se diga.

Extraído de entrevista: Andrés García 200901

A: Guillermo, ¿Nos puede contar su experiencia con el cigarrillo?

G: Mi experiencia con el cigarrillo empezó como a los 18 años, la verdad yo no fui un fumador desde muy joven, arranqué a los 18 años, y creo que era más por influencia de mis amigos de barrio, es decir, todos tenían entre 20 y 22 años, fumaban, y yo sentía que fumar me permitía estar más con ellos, de hecho recuerdo que el fumar, era fumar Marlboro o sino no le daba a uno “clase”, fumábamos Marlboro que además siempre ha sido un cigarrillo costoso pero igual conseguíamos la palta para comprarlo, fumábamos porque el hecho de coger el cigarrillo y llevarlo a la boca, botar el humo y mirar a una de las niñas del colegio, o mirar a una de las niñas que estuviera en la cafetería donde estuviéramos, eso le daba a uno como cierto estilo…como que uno se creía James Bond y de hecho los comerciales nos vendían al hombre Marlboro que rea un tipo agreste, peleador, frentero que cogía la vida sin problemas y creo que toda esa influencia nos hacía fumar de una manera abierta, y nos hacía sentir por decirlo así de una manera, como más hombres.   

A: Y en la manera de cómo era el cigarrillo en aquel entonces, ¿que facilidad se tenía para conseguirlo, cómo se hacía para fumarlo en espacios comunes, como era el manejo de la percepción de la persona que fumaba con respecto a los demás? 

G: Bueno, antes de eso quiero decirle algo, yo recuerdo que cuando cumplí 18 años, algún día hablando con mi papá que es un fumador empedernido, se acercó a mí con un cigarrillo prendido y me ofreció uno, obviamente yo no se lo recibí, por pena con el, pero en ese momento sentía que el me estaba diciendo, “usted ya es un hombre, usted ya puede fumar, ya es grande, ya es independiente” y era como un pasaporte que mi papá me daba para decir “mire usted ya puede salir y llegar tarde y fumar si quiere”, yo sentía que era como un permiso que él me daba, también recuerdo que en esa tiempo conseguir el cigarrillo no era nada difícil de hecho en todo lado lo vendían, en los lugares donde uno fumaba todo el mundo fumaba, a nadie le molestaba el humo, nadie protestaba porque el vecino estuviera fumando, y también recuerdo mucho que había una especie de creencia , esto ya con respecto a las mujeres, y era que una mujer que se acercaba a uno y le echaba el humo en la cara, era una insinuación de que quería estar con uno sexualmente hablando, entonces obviamente nosotros creíamos en esas historias y siempre estuvimos esperando que alguna chica se nos acercara a echarnos el humo en la cara, cosa que nunca ocurrió.

Por otro lado recuerdo mucho que en las peleas, ya que yo viví en un barrio que era bastante difícil, en las peleas cuando alguien estaba fumando, era muy varonil sacarse el cigarrillo con el dedo índice y el pulgar y apagarlo con otros dos dedos de la misma mano, eso demostraba que si no me dolía esa quemada uno era un bravo para la pelea, cosas así hacían que uno viviera como entorno al cigarrillo, el cigarrillo lo hacía volver a uno más hombre o le daba el estatus viril que no tenía por ser un adolescente.

Extraído de entrevista: Catalina Villabona 200901

C: ¿Ustedes creen que el fumar trae también otros vicios?

Flor: Yo creo, pues en mi época, el consumo de cigarrillo estaba muchas veces ligado al consumo de trago,,, Y además …como algo muy personal creo que un vicio casi nunca viene solo.

Martha: En mi caso, la mayoría de mis amigas no solo fumaban tabaco sino también marihuana… y pues además era usual que fumaran más cuando estaban bebiendo.

C: ¿Para ese momento las mujeres fumaban tanto como los hombres?

Flor: No, realmente en mi época éramos muy pocas las mujeres que fumábamos, no es como hoy en día que uno ve a muchas adolescentes con un cigarrillo en la mano… sin embargo recuerdo que en las reuniones sociales de los mayores, eran los hombres quienes fumaban, de hecho mi papá solo lo hacía en esas situaciones, creo que le cierto modo le daban estatus.

Martha: Cuando entré a la universidad , fue que me di cuenta de la gran cantidad de personas que fumaban y más aún el gran porcentaje de mujeres que lo hacía; en un principio debo confesarte que algo raro verlas, pues en mi colegio era prohibido fumar y de hecho eran muy pocas las que lo hacían.

Además recuerdo que en mi casa eran mis hermanos y mi papá los que fumaban, mi mamá nunca fumó… Así que yo creo que aunque el porcentaje de mujeres que fuman ha aumentado, siempre ha prevalecido el del hombre.    

 

 

Extraído de entrevista: Alejandra Martínez 200901

 

A: ¿Cómo eran concebidos socialmente los cigarrillos en 1960?

AM: En el fondo se sabía que fumar era malo, pero no estaba tan estudiado o se conocía el daño que tenía el cigarrillo. Eso no quiere decir que hoy conociéndolo también socialmente se usa lo mismo. Entonces la gente fumaba porque este iba acompañado de mucha publicidad, y era parte de meter a la gente en ese contexto. Había gente que no se metía, pero era tanta la publicidad y las cosas que metía a esto que se hacía parte de la sociedad el tener que fumar. Existía una forma popular de fumar el cigarrillo, existía la forma elitista de la pipa, existía la forma elegante del pitillo, de las mujeres todas elegantes. Existían las marcas de cigarrillos pobres hasta los más especializados que eran los Marlboro, Mapleton, más finos que eran tabacos más duros, pero al final como cigarrillos todos tenían ese problema que no se conocía. Pero socialmente se permitía fumar en todas partes.

Era como una parte integrada de la familia, se fumaba delante de los niños chiquitos. No había ni siquiera salones de fumadores ni nada. Era parte de una necesidad, como llevar una corbata. Y se compraban de a consumos grandes, como en el caso mío.

En la parte social, socialmente se aceptaba el cigarrillo. El trago y el cigarrillo eran dos partes sociales, y eso se debía a que las tabaqueras marcaban a la gente con un consumo. Además que le metían una publicidad subliminal que inducía a fumar. También porque uno copiaba al compañero, y en la parte social del trago, uno entraba y fumaba. También se dejaba enviciar demasiado a la gente, llegó a tener una participación tan grande, que la gente fumaba mucho.   

Yo creo que el consumo no es que se haya reducido mucho, sino que lo que pasa es que la gente ya ha “crecido”. Si se fumaba el 20% en ese tiempo, hoy día se fuma el 10%, pero al población es el triple, entonces se fuma más. Hoy día de pronto se fuma tanto como antiguamente, pero dentro del contexto de volúmenes no da tanto.

Socialmente era habitual ver fumar tanto a las mujeres como a los hombres. Se fumaba bastante. En las fiestas era más que todo el momento en el cuál se hacía aún más frecuente fumar. Digamos cuando una mujer llegaba a cierta edad, como a los 17 – 18 años, se sentían con permiso de fumar. De hecho las mujeres se sentían crecidas con un cigarrillo, se sentían con más madurez, el hecho de tener un cigarrillo era como un medio para socializar. Inclusive no solamente en un ambiente de fiesta, sino como una forma en la que los estudiantes o las personas que pasaban mucho tiempo despiertas y necesitaban un rendimiento físico más alto, fumaban de más.

En las universidades también era un ambiente en el que era habitual el cigarrillo, cuando había que trasnochar era un elemento esencial. O sea que no solamente se recurría a él en las situaciones y eventos “sociales”, sino también de forma individual. Las personas usaban el cigarrillo como un medio para encajar en un momento determinado cotidiano.   

Extraído de entrevista: Catalina Hernández 200901

 

CH: ¿En qué año empezó usted a fumar?

César: Creo que los primeros cigarrillos me los fumé en el año más o menos setenta y seis, cuando tenía como diez y siete años.

CH: ¿Y por qué lo hizo?

César: Por… la verdad, porque… mi padre lo hacía y mi primer cigarrillo fue con él.

CH: ¿En esa época eso era mal visto?

César: No, era algo tan natural como lo es hoy en día, sobre todo si se tiene en cuenta que la mayoría de la juventud en esa época fumaba marihuana.

CH: Y el hecho de que en esa época no se conocía que el cigarrillo diera cáncer, ¿influye en esto?

Cesar: Para nada, la verdad, siempre se ha sabido que causaba algún tipo de daño respiratorio.

CH: ¿Sus amigos fumaban?

César: Tuve la fortuna de ser un gran deportista y mis amigos también lo eran. En esa época fumaba de vez en cuando un cigarrillo.  Mis amigos uno que otro también lo hacía igual, pero ninguno era vicioso, a pesar de que la publicidad para inducir al consumo del cigarrillo era muy fuerte.

CH: ¿Qué tipo de publicidad recuerda?

César: Hay una que creo quedó grabada en la mente de toda esa generación, que era la del hombre Marlboro, consistía en un súper modelo vestido de vaquero en las grandes llanuras norteamericanas fumándose un cigarrillo Marlboro, la publicidad seducía al deseo de fumar porque claro, todos querían ser el hombre Marlboro.

Fragmento ensayo: LA CERVEZA…ALGO MÁS QUE UNA BEBIDA

Yennifer Alejo

Nicolás Rivera

Carlos Cuervo

David Noriega

Julian Acosta

Gustavo Espinel

Desde su creación, la cerveza ha representado para la sociedad colombiana una experiencia a través de la cuál giran actividades del diario vivir.

El primer punto a analizar en este ensayo es el de la espacialidad, entendida como las transformaciones del lugar de consumo de la cerveza, el cuál ha venido cambiando en relación a la tecnología, la política y las relaciones interpersonales de la sociedad. Para la década de los 50s se encontró que el consumo de dicha bebida, se centraba alrededor de la “tienda de pueblo” donde se reunían las personas a departir después de sus labores.

Para la época de los 60s el lugar de consumo de cerveza se remite a las cantinas y plazas de mercado, además de eventos especiales de la época como las noches de gallo. En los 70s el lugar se trasladó a un ambiente mas “familiar”, y en épocas posteriores –hasta la actualidad- el lugar de consumo es constituido como “cualquier lugar público”.

“Pues lo que uno veía de consumo en las tiendas, porque no existían ni siquiera las tabernas, ni ninguna de esas cosas como las que hay ahora, sino tiendas de barrio, veía que la gente que consumía cerveza, era parte de la base del pueblo, los que cargaban los bultos en el mercado, los zorreros” (Entrevista 1, línea 52-56)

Un segundo aspecto a ser analizado es la temporalidad de la mano de la ritualización de la actividad de consumo. De acuerdo con esto, se puede ver como el comportamiento de las personas frente a la cerveza cambia de acuerdo a la condición social de las mismas, es así como las personas dedicadas al trabajo del campo la consumían en horas de la tarde como símbolo de recompensa por la labor realizada.

“Pues los campesinos eran los que más consumían, era la bebida preferida entre ellos, la de después de la jornada y pues a ellos eran a los que más se les veía consumir cerveza” (Entrevista 1, línea 44-45)

  

“en las salidas de esparcimiento con los amigos, era un premio tomar cerveza por el trabajo de la semana hecho anteriormente, por lo cual era crucial la cerveza, era la razón o el objeto que representaba el premio y el descanso” (Entrevista 4, línea 57-59)    

“en los pueblos la gente venía los domingos a traer sus cultivos, y como había el mercado de toldo en el parque, pues el campesino vende sus cosas y antes de volver a su parcela el hombre va y se toma sus cervezas” (Entrevista 3, línea 175-176)

 

El tercer aspecto tenido en cuenta a partir de las entrevistas es el del género masculino como mayor consumidor de la bebida.

Hacia los años 50s, el consumo de bebidas alcohólicas en Colombia, por parte del género femenino era nulo y mal visto por la sociedad, tanto así que los únicos sitios donde se podían ver tomando a las mujeres eran los prostíbulos. En los años 60s el machismo se siente marcadamente a nuestra sociedad, por lo tanto las mujeres tenían “prohibido” tomar, solo en pocas ocasiones se veían mujeres campesinas ancianas tomando cerveza con el objetivo de servir de compañía para sus esposos, mientras estos también tomaban.

Llegando a la década de los 70s, la diferencia la hacían las mujeres del campo, quienes bebían a la par con sus familiares de cualquier género. Mientras tanto, en la ciudad las mujeres pertenecientes a las clases media y alta no bebían cerveza puesto que era mal visto ante la sociedad, de ahí que el consumo de la bebida en el campo fuera más alto. Para los 80s la bebida forma parte del imaginario tanto de hombres como de mujeres, en todas las clases sociales, aún así el hombre en cuanto a consumo, continuaba siendo más recurrente.

En los 90s se hace evidente el espíritu de la revolución femenina que se venía gestado desde los años 70s, es así como la mujer empieza a igualar su consumo, con el del hombre, propiciando que para el 2000 tanto mujeres como hombres consuman equitativamente cerveza, rompiendo con ello el paradigma histórico.

“Los hombres, indudablemente, en ese momento no existía la costumbre que las mujeres tomaran ese tipo de bebidas, es más, no era bien visto que una mujer tomara bebidas alcohólicas, además porque no era de gente con clase tomar cerveza” (Entrevista 1, línea 49-51)   

 

“pues porque en ese tiempo los hombres eran muy machistas y las mujeres en ese tiempo no podían salir como ahora a tabernear, que a tomarse una cerveza, porque los maridos les pegaban, ellos decían que la cerveza era para los hombres y las mujeres tenían que quedarse en la casa” (Entrevista 2, línea 77-81)

 

“Los que más consumían cerveza, eran los hombres” (Entrevista 4, línea 50)

 

“generalmente en  la clase media, la mujer no tomaba cerveza, era una bebida que tomaban los hombres. Ahora cuando viene personal del campo, si se puede dar que tanto el hombre como la mujer tomen cerveza” (Entrevista 3, línea 14-17)

 

 

 

 

 

 

 

Infografía: Bebiendo a través de la historia (1950 – 2009)