DISE2616 / Medio B

Foto . Adriana Chaves, Carolina Gonzalez, Daniela Lara, Maria Lucia Morales

La dualidad y ambivalencia de un momento que en el imaginario femenino resulta ser perfecto, pero al momento de llevarlo a la realidad no resulta ser tan mágico ni idílico, dando como resultado todo lo contrario. La novia resulta entonces atada a dicho imaginario sin un lugar hacia el cual huir….!

Foto . Lina Antolinez, Daniel Gómez, Javier Niño, Laura Sánchez, Natalia Triviño

Siempre fue una princesa, una señorita… Recatada, pudorosa y sujeta a las reglas. Fue criada entre algodones y burbujas, entre hadas y castillos. De su respetada y distinguida familia ella es la “chica diferente” y aunque no se lo dicen, ella lo sabe. Disfrutar es su premisa: siempre lista para la acción corre, juega salvaje, es su estilo, la ciudad es su patio, la clandestinidad su compañera. Siempre viste atractiva, los tacones altos hacen que su caminar sea desequilibradamente seductor, sus palabras están metódicamente preparadas expuestas en un discurso mal pronunciado. Es rebelde y malcriada.. a escondidas. Incapaz de contenerse, e imposible calmarse sus ideas son irreverentes, sus antojos exorbitantes, sus caprichos insaciables sus instintos …salvajes. Amante infiel de un protocolo desatendido destructora de reglas en privado su desorden  y su belleza son su atractivo innegable, pero cuando papa y mama están en la mesa debe ser una niña buena, toda una dama.

Foto . Adriana Chaves, Carolina Gonzalez, Daniela Lara, Maria Lucia Morales

Una persona que en apariencia es hermosa, termina por convertirse en una atracción grotesca; debido a sus hábitos y comportamiento; logrando así una imagen espeluznantemente hermosa, reflejando tanto la belleza de su apariencia como la fealdad de su instinto

Salvaje…!

Foto . Lina Antolinez, Daniel Gómez, Javier Niño, Laura Sánchez, Natalia Triviño

Mamá y papá ahora tienen su muñeca, la visten, la peinan, la maquillan y hacen de ella una mujer….cuando tan solo es una niña, que cambió los juegos en el parque, los zapatos desamarrados, el peinado despelucado y sus jeans, por unos tacones, un vestido de gala, maquillaje y peinado.
Ya no siente que es una niña, sino una mujer; su naturaleza se ha ocultado debajo de los vestidos, el rubor y el labial, y aunque esa niñez e inocencia  a veces quieren salir, mamá y papá siempre encuentran como disfrazarla.