Gareth Pugh

Gareth Pugh

Fall/Winter 2008-9

“Bueno, tenía que vender en algún punto, ¿No?” dijo un espectador después del desfile del diseñador británico, inspirado en Dorothy para este Fall-Winter 2008-9 – si, la de las zapatillas de rubí -. Un comentario bastante acertado. Pero ¿Donde estaban las cabezas de cubo de esta temporada? ¿O Mr. Tumnus? Es innegable que la casa que fácilmente llenaba filas de ansiosos espectadores, le faltó un poco de esa intensidad Pugh de la temporada pasada – Donde incluso el mismísimo Henry Holland le tocó conformarse con un lugar en el suelo – No hubo ningún colosal balón negro para reventar antes de que las modelos llegaran a la pasarela, ninguna catwalker enmascarada emergiendo de algún balón de látex pirotécnico. Creo que Pugh nos tenía mal acostumbrados, aunque queríamos un poco más de drama, fue una pasarela increíble, llena de princesas góticas, en la que el juego de formas y texturas, nos llevaron a ese fantástico lugar, “Over The Rainbow”.

Los compradores estaban sonriendo en la salida del desfile. Y mientras, es cierto que extrañamos esas “piezas-show” que hicieron de Pugh un nombre reconocido en la escena fashion, esta temporada será quizás recordada, por ser la cual en la que… “se puso serio”.

Vestidos ajustados con mitades de “tubos” sobresaliendo horizontalmente sobre los hombros y estructuradas y voluminosas faldas, trajes con faldas de canastilla a la cadera y chaquetas para hombre ajustadas con cuello alto, todo creado de una lana gris pesada y rígida, abrieron el show en aparente homenaje al hombre de hojalata.

Vimos hombros estilo football Americano, extremadamente exagerados sobre una capa de doble caída, enterizos de espirales monocromáticos, Kaftanes Couture bordados con un estilo muy punk pero chic al mismo tiempo, un impresionante vestido de piel de (su falda, un triangulo simplemente perfecto saliendo de las caderas de la modelo) y una sucesión de tomas sobre cuero cortado diagonalmente con motivos cuadrados y manipulado para formar una pirámide que cubría todo el cuello hasta llegar a las mangas de un abrigo negro, con un efecto mojado que nos recuerda un cat-suit. Esta técnica cubrió bastantes prendas, generando hermosas y estructuradas figuras estilo origami. 

Fue una colección con un look muy bien logrado para este genio, y aunque la cara blanca con labios verdes estén lejos de volverse lo más trendy, ese look gótico y las múltiples trenzas son definitivamente un must para las fashionistas ansiosas de robar ese Pugh Cool. Pero si tienes dinero para gastar, entonces quizás, por primera vez, podrías pensar seriamente en invertir en arte… en un “Pugh”. – Jose Aponte

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