Isidro Ferrer. Fotografía: Catalina Quijano. Agosto 6 de 2008, Bogotá
La espontaneidad al hablar es tal vez uno de los factores que nos hacen más especiales y que revelan detalles de nuestra personalidad que nos diferencian unos a otros. Nos hace especiales. Y es también algo que perdemos rápidamente cuando se trata de un “trabajo en serio”.
Un texto deja de existir en la cabeza de un autor cuando éste lo escribe, otros lo leen y se apropian de él con su propia voz, así ésta no sea sonora y recorra únicamente la cabeza de quien navega en el texto.
De las cosas que más recuerdo en mi infancia es la de la lectura de textos, que hacía en mi cabeza con diferentes voces o que escuchaba de aquellos a quienes yo llamaba adultos para entonces.
Muchas veces olvidamos lo difícil que es apropiarnos de la lectura de un texto y perdemos la espontaneidad entre líneas y páginas y ni se diga si pensamos en una posible representación.
Aquí unos ejemplos de las lecturas de textos (propios y ajenos) que realiza Isidro Ferrer, a quien, aparte de yo considerar como un magnífico Ilustrador y Diseñador Gráfico, tengo en mente y corazón como una de las personas más originales y vivas que he conocido; alguien que sabe y adora apropiarse de cada pedazo de tiempo que le regala la vida para crear, para divertirse y para comunicar a través de la imagen, los textos y la representación. Él sabe cómo servirse de los textos que lo rodean para su propia creación visual y para su comunicación oral. He aquí algunos ejemplos de las conferencias que realiza, que además dejan de ser una exposición de trabajos para convertirse en una extensión del discurso, la gráfica y los imaginarios.
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